Con ello, se estancó en la posición más baja que el país ha tenido desde 1997, cuando fue incluido en esta clasificación.
La competitividad definida por el IMD se asocia con la capacidad de competir en mercados nacionales o de enfrentar a la competencia internacional.
Desglosando los cuatro grandes pilares, México ascendió de la posición 49 a la 27 en desempeño económico; en eficiencia gubernamental bajó de la 59 a la 60; en eficiencia empresarial se mantuvo en la 47, y en infraestructura retuvo la posición 58.
La clasificación brinda una amplia cobertura de 63 economías, elegidas en función de la disponibilidad de estadísticas internacionales comparables y nuestra colaboración con los institutos asociados locales, que contribuyen a la recopilación de datos de encuestas y aseguran que todos los datos sean confiables, precisos y actualizados como sea posible.
El ranking se basa en 333 criterios de competitividad seleccionados como resultado de una investigación utilizando literatura económica, fuentes internacionales, nacionales y regionales y comentarios de la comunidad empresarial, agencias gubernamentales y académicos.
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