La información sobre el temblor de magnitud 6.1 registrado cerca de la frontera con Pakistán seguía siendo escasa, pero los terremotos de esa potencia causan daños severos, especialmente en una zona como esta, donde las construcciones están mal hechas y los derrumbes son habituales. Especialistas dicen que el epicentro estuvo a apenas 10 kilómetros de profundidad, otro factor que podría incrementar el impacto.
El desastre es una prueba importante para el gobierno liderado por el talibán, que llegó al poder el año pasado en medio de la caótica retirada de Estados Unidos de la guerra más larga de su historia, dos décadas después de derrocar a la milicia tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los rescatistas llegaron a la zona afectada en helicópteros este miércoles, pero es posible que la respuesta sea complicada, ya que muchas agencias de ayuda internacionales abandonaron el país tras el ascenso del Talibán.
El Departamento Meteorológico de la vecina Pakistán explicó que el epicentro estuvo en la provincia afgana de Paktika, a unos 50 kilómetros al suroeste de la ciudad de Khost. Se registraron daños en edificios en la provincia de Khost, y los temblores se sintieron hasta en la capital paquistaní, Islamabad.
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